Orientación
Las razas de ganado autóctonas son objeto de una especial protección por parte de las administraciones públicas, no sólo como parte del patrimonio genético animal de España, sino también porque mayoritariamente se crían en régimen extensivo, con las beneficiosas consecuencias para la sostenibilidad del medio rural que ello conlleva. Además, las razas autóctonas son muy rústicas, muy resistente al calor y adaptada a las condiciones climatológicas de la región.
De ellas derivan productos de calidad que a veces son vinculados a una alimentación local y que son identificados con las diferentes regiones, dando lugar a diferentes etiquetados de calidad como el de “100 % raza autóctona”, “Denominación de Origen” o “Indicación Geográfica Protegida”. Estos productos pueden ser finalmente transformados en el proceso culinario, donde terminan de alcanzar todo su valor y nos permiten recuperar sabores auténticos.